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La verdadera historia del Sombrero Montecristi (Sombrero de Panamá)

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Declarado en 2012 por la UNESCO como Patrimonio Intangible de la Humanidad, el Sombrero Montecristi (erróneamente conocido como "Sombrero de Panamá") ha sido considerado por muchos años una de las principales artesanías típicas y propias del Ecuador.

Desde la época de nuestros aborígenes, esta técnica de tejido se ha venido desarrollando, dando como resultado un producto representativo de una identidad cultural para los ecuatorianos.

Elaboración del Sombrero Montecristi

La elaboración de este Sombrero Montecristi es netamente artesanal. Destaca por la calidad del tejido, las características de su materia prima y la manera en que se ha transmitido el conocimiento para seguir tejiéndolo hasta la actualidad. Esta tradición crea valores intrínsecos y simbólicos al sombrero, apreciados tanto por el público nacional como extranjero.

En Montecristi es donde se elaboran los sombreros más finos. Los tejedores longevos enseñan a las nuevas generaciones cómo se elabora un sombrero de paja toquilla, empezando desde niños con sombreros sencillos.

Cuando un artesano alcanza la adultez, empieza a tejer sombreros finos, ya que sus dedos han alcanzado la práctica necesaria para asumir la responsabilidad de tejer complejos sombreros finos, caracterizados por un acabado impecable, un color uniforme y detalles meticulosos desde la copa hasta las alas.

Historia del Sombrero de Paja Toquilla

Históricamente, los miembros de las culturas indígenas, como los Huancavilcas, Mantas y Caras, fueron considerados hábiles tejedores de estos sombreros, así como del arte textil. Ellos vivían en el territorio que actualmente corresponde a las provincias de Guayas y Manabí (Montecristi es una ciudad de Manabí, de donde proviene el nombre correcto "Sombrero Montecristi").

La técnica del tejido de estos sombreros se ha transmitido de generación en generación desde la época de la Colonia hasta la actualidad, manteniéndose intacta como una tradición entre los pobladores de la costa ecuatoriana y también en la serranía, específicamente en la provincia de Azuay. Esta tradición ha cambiado únicamente para mejorar e innovar modelos que vayan de acuerdo con los gustos de los consumidores.

Los indicios nos hacen suponer que la elaboración de los tejidos de paja toquilla se inició en el período de Integración (500 A.C. – 1500 D.C.), específicamente con la cultura Manteña. Los hallazgos arqueológicos han revelado una gran variedad de figurines que muestran protectores para la cabeza que se asemejan a cascos, cuyo material de elaboración podría haber sido la paja obtenida de las hojas de la palma.

Debido a la abundancia de dicha palma en estas zonas, los integrantes de la cultura Manteña la podrían haber utilizado por su suavidad, flexibilidad, color y facilidad para ser utilizada en los tejidos.

El Sombrero durante los Siglos XVIII y XIX

Durante los siglos XVIII y XIX, el Sombrero Montecristi empezó a ser conocido fuera de Ecuador. Ya en el siglo XVIII, se producía y vendía en grandes cantidades, exportándose hacia Panamá.

En el siglo XIX, el sombrero de paja toquilla comenzó a verse como una oportunidad de negocio, motivo por el cual se presentó en Europa. Este hecho es de gran importancia histórica, ya que el deseo de conocer el nuevo continente motivó la compra de productos procedentes del mismo.

Entre 1880 y 1881, el ingeniero francés Fernando de Lesseps emprendió la construcción del Canal de Panamá, uniendo el Pacífico con el Atlántico. En noviembre de 1906, el entonces presidente de Estados Unidos, Theodore Roosevelt, fue fotografiado con un sombrero ecuatoriano mientras inspeccionaba la construcción del canal.

Esta foto apareció en todos los periódicos y convirtió el sombrero en una moda. Todo el mundo quería un sombrero de Montecristi, al igual que el sombrero de Roosevelt.

Reconocimiento y Valor Cultural

Pero, para nuestra desgracia, la identidad del sombrero estaba confundida. Se lo conoce como "Sombrero de Panamá", ignorando que fue hecho en Ecuador. Cuando Theodore Roosevelt visitó el Canal y usó el sombrero, su popularidad aumentó.

La gente llegaba en grandes cantidades a Panamá, y comenzó a difundirse el uso del sombrero ecuatoriano como el más adecuado para las condiciones climáticas y los tipos de trabajo en ese lugar.

Glorificado durante el siglo XIX, el Sombrero Montecristi desde entonces ha sido considerado el príncipe de los sombreros de paja. El héroe nacional y figura emblemática, Eloy Alfaro (presidente de Ecuador a inicios del siglo XX), ayudó a financiar su revolución liberal en el país a través de la exportación de sombreros ecuatorianos.

Su padre, Manuel Alfaro, fue uno de los mayores exportadores de sombreros de paja toquilla en Manabí.

Preservación de una Tradición Ancestral

El sombrero de paja toquilla debe conocerse como "Sombrero de Montecristi". Reconocer el valor del origen de este tejido es muy importante.

Es una cultura ancestral que aún vive entre nosotros, no solo es un sombrero, también son artesanos que dedican su vida a perfeccionar el tejido y a preservar la memoria de un sombrero con siglos de existencia.

No importa el alto precio de los "Sombreros Montecristi", ya que la calidad y la utilidad que ofrecen lo justifican. Se convirtieron en una pieza obligatoria de vestir.

Estos sombreros fueron enviados a Panamá desde Ecuador en grandes proporciones y se extendieron a América del Norte, Centroamérica y Europa, alcanzando fama mundial bajo el nombre equivocado de "Sombrero de Panamá".

La fama y el uso de este sombrero fue erróneamente ampliada con el nombre de "Sombrero de Panamá", sin reconocer que la paja toquilla crece en Ecuador y son tejidos a mano por artesanos ecuatorianos. El verdadero nombre es "SOMBRERO MONTECRISTI".

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