Palo Santo, el árbol sanador de Puerto López

El pueblo de Puerto López en la provincia de Manabí es uno de los más visitados por los turistas que pasan por la ruta Spondylus cada año. La diversidad de actividades, el clima agradable, la deliciosa cocina y la calidez de su gente lo convierten en uno de los lugares que debes visitar mientras estás en la costa ecuatoriana.

Recientemente el condado fue declarado por decreto presidencial, como la primera área turística en ser protegida dentro del país. Esta política tiene la intención de llevar a cabo una regeneración integral del sitio y la preservación de las áreas naturales, incluido el Parque Nacional Machalilla, que se considera un santuario de la naturaleza.

Está dentro del parque, así como la extensión del territorio que incluye Puerto López, donde crece un árbol con innumerables propiedades beneficiosas. El Palo Santo , o "Bursera graveolens" de acuerdo con su nombre científico, es una especie nativa de los bosques secos de América del Sur.

En el caso específico de Ecuador, se cree que el Palo Santo ha existido desde tiempos prehistóricos. Las culturas antiguas como Machalilla, Manteña y Valdivia eran conscientes de su poder curativo y lo utilizaban para sanar tanto el cuerpo como el alma de sus pacientes a través de rituales de purificación dirigidos por sanadores o chamanes.

En el momento de la quema, el humo de incienso de Palo Santo produce un aroma agradable que actúa como un repelente de mosquitos y, sorprendentemente, también alivia las afecciones óseas, dolores de cabeza, alergias, gripe, entre otros. Esta es la razón por la cual los conquistadores españoles, aturdidos por sus propiedades curativas, comenzaron a llamarlo "Palo Santo", que significa "Árbol Sagrado".

Pero el humo no es la única forma de aprovechar los beneficios de la "Bursera graveolens". Hoy los aceites esenciales extraídos directamente del árbol han revolucionado el mundo de la medicina alternativa, especialmente en el área de la aromaterapia, donde se usa, entre otras cosas, para combatir el estrés y la tensión, ayudándonos a recuperar el equilibrio y la armonía, todo gracias a la poder de curación de este elemento que nos da gratuitamente la madre naturaleza